La obra completa la rotonda de Sant’Andrea en la frontera con Eslovenia a las puertas de la ciudad de Gorizia y queda comprendida en el proyecto de transformación en autopista del empalme Villesse-Gorizia. Dada su posición simbólica, los colores de los puentes remiten a la bandera italiana: arcos rojos sostenidos por vigas reticuladas blancas, todo ello rodeado del verde de los bosques.
Dos puentes en arco que completan la rotonda de Sant’Andrea, ubicados uno frente al otro y compuestos por una viga reticulada y por una serie de vigas planas sostenidas por péndolas enganchadas de un arco inclinado en 30 grados hacia el interior de la rotonda. La primera obra tiene un arco de 40 metros con un peso de 84 toneladas, mientras que la segunda, ligeramente más pequeña, tiene un arco de 34 metros y un peso de 64 toneladas. La instalación de los arcos fue llevada a cabo en dos fases principales: en primer lugar, fueron levantados en forma horizontal por una grúa de 300 toneladas y, luego, con una lenta rotación, izados y girados. En ese momento, dos grúas laterales de 120 toneladas junto a las cepas de la estructura han acompañado la rotación del arco y lo han posicionado correctamente para permitir que los dos extremos encastren perfectamente en los soportes hasta completar la soldadura de las juntas.